Los residuos almacenados en estos cementerios pueden ser:
- Residuos de baja actividad: son los generados por los hospitales y la industria, así como en el tratamiento del combustible nuclear. Constan de papel, trapos, herramientas, ropa, filtros, etc., que suelen contener pequeñas cantidades de radiación de corta duración
- Residuos de media actividad: contienen cantidades más altas de radiactividad y, en algunos casos, requieren protección. Incluyen resinas, productos químicos y lodos del reactor nuclear, así como los materiales contaminados de desmantelamiento del reactor. Suelen ser solidificados en hormigón o alquitrán para su eliminación
- Residuos de alta actividad: son los producidos por los reactores nucleares. Contienen productos de fisión y elementos transuránicos generados en el núcleo del reactor. Son altamente radiactivos y, a menudo térmicamente calientes. Los residuos de alta actividad suponen más del 95% de la radiactividad total producida en el proceso de generación de electricidad nuclear
Este almacenamiento de residuos nucleares que son los cementerios nucleares puede ser:
· De almacenamiento geológico: se utiliza para el almacenamiento de residuos de alta radiación. Asegura la protección a largo plazo del ser humano y del medio ambiente contra las radiaciones, aprovechando formaciones geológicas que permitan ubicar estos residuos tan duraderos. Los factores más importantes de este tipo de almacenado son la formación geológica a utilizar y las barreras artificiales para aislarlo del medio.
De almacenamiento submarino: El vertido de residuos radiactivos en los mares fue una práctica habitual desde los años 1950. A finales de la década, hubo varias controversias sobre estos vertidos en las costas de los Estados Unidos por empresas autorizadas por la Comisión de Energía Atómica, y en el Mar de Irlanda a cargo de empresas británicas, y la práctica se incrementó con la proliferación nuclear de los años 1980. Desde 1993, existen leyes internacionales que prohíben el depósito de residuos de alta actividad en el mar. A pesar de esta legislación, se estudia la posibilidad de utilizar fosas oceánicas como almacenes en distintas partes del mundo. Se estima que la Fosa Atlántica alberga más de 140.000 toneladas de residuos radiactivos, vertidos entre 1967 y 1983
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